giovedì

Play it again, Sam. Variaciones

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Toque de queda.
—Quédate, le dije. Y la toqué.
Omar Lara

Tócala de nuevo, Sam
Pero Sam estaba acumulando odio en un tugurio del Bronx. No la tocó.

Tócala de nuevo, Sam
Sam, perdido en medio de las fusas confusas de otra partitura, no la tocó.

Tócala de nuevo, Sam
le dijimos al unísono. Sabíamos el extraordinario poder curativo de sus manos. Entonces la tocó.

Tócatela de nuevo, Sam
Y entonces, el pobre Sam reconoció, en medio de una cierta confusión, que seguía siendo un onanista profesional.

Tócala de nuevo, Sam
Sam no la tocó. Estaba últimamente triste. Su tío, el Tío Sam, no hacía más que vomitar bombas en Vietnam, en Corea, en Irak… No podía seguir tocando.

Tócala de nuevo, Sam
Pero Sam flotaba a esas horas en una burbuja del Rick's Café de Casablanca, cocido de whisky, entre el capitán Renault, la Bergman y el Bogart —cuyo grado de tolerancia era infinito—, y no le dió la gana de tocarla otra vez.

Tócala de nuevo, Sam
Sam se levantó, cogió la fender stratocaster, subió al escenario, pisó decibelios cien puntos por encima del umbral del dolor e hizo que estallaran todas las neuronas de nuestro cerebro. Imagínense cómo quedó el techo del Rick’s Café.

Tócala de nuevo, Sam
Pero Sam había perdido el piano. Andaba por las calles buscándolo enloquecido de la mano de Charlie Bird Parker que también había perdido su saxo, por enésima vez. ¿Cómo se puede perder un piano de cola, Sam, cómo? Los dos estaban tiritando desnudos debajo de una manta, persiguiendo al perseguidor de la belleza, como dos monos, y el larguirucho, tan joven, tan huesudo y hermoso, escribiendo sobre ellos en una mesita del Stéphane, en la rue Mallarmé, dime cómo se puede perder un piano de cola, Sam.

Tócala de nuevo, Sam
Quédate, le dijo, y la tocó en honor de Omar Lara. Esa noche tuvieron que salir pitando porque había toque de queda.

Juan Yanes

Dallo splendido blog di Juan Yanes Máquina de coser palabras

1 commento:

Juan Yanes ha detto...

Gracias mi querido amigo Stefano Narcolépsico por colgar el texto de Sam. Un saludo. JUAN